Expediente Ciudad de la Furia (Caso Phenomenon Episodio 2)

Capítulo 1:

Lunes 4 de Febrero, 19:00 horas.

Han pasado unos cuantos meses desde que se empezasen a dar los casos de personas con poderes, pero durante los meses de Diciembre y Enero, desde donde quedó el anterior capítulo hasta la fecha, apenas han habido incidentes, quizás algún crimen menor, pero dichos sujetos han dejado de verse, si bien es cierto que había personas que aseguraban haber llegado a verlos en alguna ocasión alejadas de la multitud, posiblemente al ver a alguno de estos practicando con sus poderes. Había mucha calma en el ambiente, la vida seguía con normalidad por la ciudad, aún había gente intentando investigar los sucesos de pasados meses.



Pero no muy lejos de la ciudad, en un crucero que había atracado cerca del puerto algo se tramaba. En una sala grande del mismo se encontraba el mismo hombre que intentó interceptar a Dennis en el anterior episodio, un hombre delgado, de pelo negro, vestido con un traje y con anillos en las manos. Su nombre es Aurius y su codicia no parecía tener límite. Se encontraba en una especie de altar, y frente a él una gran mesa a cuyos lados se sentaban algunas personas que debían ser importantes, y a los alrededores otras tantas, muy posiblemente subordinados de los anteriores.

Aurius: Bien chicos, todo ha estado en calma los últimos meses y en este tiempo hemos reunido a todas las pandillas y bandas criminales que hemos podido, no solo de la propia ciudad, si no de otras cercanas, así como algunos mercenarios extrangeros. La ciudad me pertenecerá y todos tendréis vuestras recompensas. Bien chicos, ¿estáis listos para desatar la furia?

Gritos se oyeron en toda la sala, algo iba a ocurrir.

20:30 horas, en la casa de Dennis.

Dennis se encontraba navegando por Internet, pasando el rato buscando cosas raras que le gusta buscar, cuando de repente escuchó una explosión. Se levantó y escuchó otras dos, oyó gritos y se asomó por la ventana, vio algunos coches ardiendo y a un gran grupo de moteros armando escándalo. Dennis pensó para sí mismo que la policía ya era lo bastante mayorcita como para solucionar este problema por sí misma. Se decidió a poner la tele y vió que en todos los canales estaban retransmitiendo que había asaltos en todos los puntos de la ciudad. La ciudad estaba en estado de alerta y los grupos de defensa no podían con la acometida. Mientras la policía no podía con los maleantes de las calles, que asaltaban a todo el mundo y destrozaban los locales y el moviliario urbano, el ejército no podía acceder al interior de la ciudad por los bloqueos que un grupo de mercenarios bien preparado había dispuesto a las entradas de la ciudad. Si un helicóptero intentaba introducir militares por aire este era derribado con misiles. El ejército iba a necesitar tiempo para entrar, y el caos ya se había desatado. En ese momenot Sara llama a la puerta de Dennis.

Sara: ¡¡Dennis!! ¡¿Estás viendo lo que está pasando!? ¡¡Han organizado un ataque a la ciudad a gran escala!! ¡¡La cosa se ha descontrolado mucho!! ¡¡Tenemos que hacer algo!!

Dennis: Sara, es mejor que nos quedemos aquí y no nos metamos en este lío, no creo que lo podamos manejar.

Sara: ¡¡Lo están destrozando todo, Dennis!! ¡¡Por dios, asómate a la ventana!! ¡¡Esto parece una jodida guerra!! ¡¿Y dices que no intervengamos?!

En ese momento entra una granada por la ventana, a lo cual Dennis responde creando un palo de golf de luz con su poder y sacándolo otra vez por la ventana, de modo que la granada explota en el aire.

Dennis: Vale, no íbamos a estar seguros en ningún sitio. Me visto y vamos, pero nada de hacer locuras, tenemos que descubrir el foco de esto. ¿Qué hacemos? ¿Preguntamos y golpeamos? ¿Golpeamos y luego ya preguntaremos? ¿Qué piensas que es mejor?

Sara: Bah, como sea, tú haz lo primero que se te ocurra.

Dennis: De acuerdo.



Dennis saca del armario su atuendo y baja con Sara hasta la calle. Salen corriendo por la puerta y sin mediar palabra empiezan a repartir golpes hasta despejar un círculo, quedando en el centro del mismo. Rodeados por más criminales de entre ellos sale uno y dirige la palabra a Dennis y Sara.

Criminal: Vaya, así que no habíais desaparecido de la ciudad. Ya nos habían advertido de que podíais aparecer. Sois muy fuertes, ¿pero podréis con todos nosotros?

Dennis: Sara, ataquemos al resto rápido y dejemos a este solo.

Sara: De acuerdo.

Dennis y Sara empezaron a despachar el alrededor, y si el que les acababa de hablar intentaba hacer algo ellos lo que hacían era forzar que se cayera al suelo. Una vez incoscientes o con los huesos rotos el resto de maleantes de la calle solo quedaba ese criminal, que parecía ser el jefe.

Criminal: ¿Pero cómo...?

Dennis: Simple, no les dimos tiempo a reaccionar y nos centramos en dejarles incapaces, ya fuera dejándoles incoscientes o rompiéndoles unos cuantos huesos a base de golpes contundentes. Es mejor eso que ir a matar, llevaría más tiempo y mancha más. ¿Ves estas manchas de sangre en nuestras ropas? A saber cómo nos las vamos a quitar. Bueno, si no quieres que te rompamos los huesos más vale que nos digas tu fuente.

Criminal: ¿Fuente?

Dennis: Fuente, foco, lo que sea. ¿Quién es tu superior?

Criminal: No conozco el eslabón más alto, pero mi superior está situado en el parque de las Gárgolas.

El parque de las Gárgolas en realidad se llama el parque de Jaime, pero la gente lo llama así por la gran cantidad de estatuas que adorna ese lugar.

Criminal: Recibo órdenes por radio. ¡Por favor, no me hagáis nada!

Dennis: Dame tu receptor.

Dennis le arrebata el receptor al criminal.

Dennis: Así sabremos cuáles son los siguientes pasos y no te podrás comunicar con él. Si quieres que no te rompamos las piernas más te vale persuadir a los demás grupos, o por lo menos intentarlo, ¿vale?

Sara: ¿Qué hacemos ahora?

Dennis: Atravesar la ciudad puede ser difícil con tanto lío, podría trepar con las garras y mi poder de impulso un edificio e ir saltando de tejado en tejado, tu puedes acompañarme volando. Si no hay edificios para pasar algún tramo no me quedará otra que bajar y repartir unos cuantos mamporros. A menos que me puedas llevar volando.

Sara: Ni lo sueñes, la última vez casi salgo mal parada.

Dennis: De acuerdo. ¡Vamos allá!

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Y aquí empieza esto. Os recuerdo que cuando continuéis un capítulo podéis empezar en un punto anterior, pero siempre tenéis que acabar en el mismo punto o después que el capítulo que seguís.

Por cierto, en este capítulo pedí la colaboración de Sara, más que nada para saber qué dice su personaje.